Einstein y España

Textos: Dr. Antonio Moreno González

En 1907 se crea en España la Junta para Ampliación de Estudios e Investigaciones Científicas. Este organismo estatal facilitó la estancia de profesores e investigadores españoles en universidades y centros de investigación extranjeros, así como la venida a España de profesores e investigadores de otros países.   Fue la consecución de un deseo largamente anticipado y escasamente conseguido. Al frente de los laboratorios, centros de estudios, institutos de investigación y centros docentes primarios y secundarios dependientes de la Junta estuvieron los científicos, profesores y maestros más prestigiosos de la historia de España hasta entonces, y de ellos salieron dignos herederos del trabajo realizado por aquellos. Lástima que el levantamiento del general Franco, en 1936, contra el gobierno legítimo de la Segunda República diera al traste con el auge que adquirido por la ciencia y la cultura españolas. El propio Einstein, que cuando la ocasión lo requería manifestaba sus convicciones democráticas, reaccionó contra aquel levantamiento enviando un mensaje   al Congreso Internacional de Escritores celebrado en España en 1937 denunciado la tibieza con que se comportaban "los países democráticos", refiriéndose especialmente a Estados Unidos, poco diligente en el apoyo a la República Española. No sin sorpresa para algunos, Ortega y Gasset, desde el voluntario exilio, escribía a propósito de este manifiesto en la revista The Nineteenth Century : "Hace unos días, Alberto Einstein se ha creído con 'derecho' a opinar sobre la guerra civil española y tomar posición ante ella. Ahora bien, Alberto Einstein usufructúa una ignorancia radical sobre lo que ha pasado en España ahora, hace siglo y siempre. El espíritu que le lleva a esta insolente intervención es el mismo que desde hace mucho tiempo viene causando el desprestigio universal del hombre intelectual, el cual, a su vez, hace que hoy vaya el mundo a la deriva, falto de pouvoir spirituel ". Extraña forma, sin duda, de valorar el apoyo de Einstein a la causa republicana, ganada en las urnas, a la que Ortega mismo apoyó en un principio.  

Fruto de la internacionalidad que había empezado a adquirir la ciencia española, hubo físicos, ingenieros y matemáticos que mantuvieron buenas relaciones y contactos con sus homólogos extranjeros, entre ellos figuró Albert Einstein. La popularidad que él mismo había despertado y la curiosidad por conocer de primera mano cómo llegó a teorías tan atrevidas, así como   sus opiniones sobre el futuro de las mismas, contribuyeron a que se le propusiera en 1923 una corta estancia en España, y más adelante, en 1933, a raíz del acoso nazi contra él, le ofrecieron la creación de una cátedra extraordinaria en el que hubiera podido ser el Instituto Einstein.

JAE