Pacifismo
Textos: Dr. Antonio Moreno González
El rechazo de lo militar, le resultaban ridículos y grotescos los desfiles, llegando a renunciar a la nacionalidad alemana a los 17 años de edad con el propósito de no hacer el servicio militar, y la aversión a la carrera armamentista fueron una constante en la vida de Einstein manifiesta en sus escritos y en su adhesión a sociedades en pro de la paz. Su actitud se radicalizó cada vez más llamando a la objeción de conciencia de los pueblos para oponerse frontalmente a los gobiernos que optaban por la guerra como un forma de "conseguir la paz". Sin embargo, a raíz de la persecución y exterminio de que fue objeto el pueblo judío por el nazismo alemán ya no fue su mensaje tan claramente opuesto a la no participación en la guerra. Él mismo, con el fin de recaudar fondos para la causa aliada en la segunda guerra mundial, rescribió en 1939 a mano el artículo sobre relatividad de 1905 para subastarlo. Se pagaron por él 6 millones de dólares.
El fatal desenlace de la guerra, con el lanzamiento de sendas bombas atómicas, le hicieron revelarse de nuevo de forma radical contra la producción de armas, insistiendo una y otra vez en que la solución no estaba en tratados internacionales que en los momentos críticos nadie cumple ni en organismos de carácter mundial, de los que acabó dimitiendo, porque nunca entran en el fondo de los problemas.
La última acción pacifista de Albert Einstein fue su aceptación a encabezar el llamado Manifiesto Einstein-Russell en 1955. En el discurso de presentación del mismo en Londres, Russell cuenta cómo los primeros pasos fueron acordados entre él y Einstein. Cuando se recibió la carta de Einstein suscribiendo el manuscrito había muerto la semana antes. El llamamiento que hacen por la paz mundial queda resumido en el párrafo final del manifiesto:
"En vista del hecho de que en cualquier futura guerra mundial serán sin duda utilizadas las armas nucleares, y que tales armas amenazan la continuidad de la existencia de la humanidad, urgimos a los gobiernos del mundo a reconocer, y manifestar públicamente, que sus propósitos no pueden conseguirse mediante una guerra mundial, y les urgimos, en consecuencia, a que encuentren medios pacíficos para resolver todos los motivos de disputa entre ellos."
Joseph Rotblat, que formó parte del equipo del proyecto Manhattan para la fabricación en Estados Unidos de la primera bomba atómica, aunque dimitió antes de concluirse la fabricación, acusado por ello de espía ruso, y el único aún vivo de los firmantes del manifiesto, cuenta en El Mundo (14/4/2005) cómo se gestó el manifiesto desde Gran Bretaña por iniciativa de Russell y la colaboración de Rotblat. Querían contar con los científicos más prestigiosos; 11 fueron los firmantes, pero el más reconocido mundialmente era, sin duda, Einstein. Sobre él, escribe Rotblat:
"Era un científico, pero también un realista, consciente de lo que ocurría en el mundo. Era casi lo contrario de lo que la gente piensa sobre los científicos: ausentes, inmersos en su trabajo e ingenuos. Era totalmente consciente y trataba de hacer algo. Le admiro no sólo como un gran hombre de ciencia, sino también como un gran ser humano. Creo que si estuviera vivo, continuaría trabajando en sus teorías, pero también trabajando por la paz."
El Manifiesto Einstein-Russell dio lugar a las conferencias Pugwash sobre ciencia y asuntos mundiales reconocidas en 1995 con el premio Nobel de la Paz.
Bertrand Russell (1872 - 1970)