Artes Plásticas

Textos: Dr. Antonio Moreno González

Al igual que con la literatura, sucede con la artes plásticas y visuales respecto a la influencia posible de la relatividad especialmente, porque es la obra de Einstein que en realidad trascendió a la calle y a la cultura en general, bajo el equívoco lema "todo es relativo". La música de Schoenberg, las figuras móviles de Calder, el cubismo de Picasso sugieren que el nuevo arte y la nueva forma de experimentar con imágenes y sonidos no se producen de una forma aislada del resto de los movimientos intelectuales, asociándolos sobre todo con la relatividad einsteiniana. Si fue o no así está por ver, lo indudable es que el propio Einstein no admitía tal asociación. En el precitado libro de Holton se encuentra esta respuesta de Einstein a un historiador del arte:

"La esencia de la teoría de la relatividad ha sido incorrectamente entendida (en su artículo), y doy por supuesto que este error ha sido sugerido por los intentos de divulgación de la teoría. Para la descripción de un estado de hechos dado uno utiliza casi siempre un solo sistema de coordenadas. La teoría dice solamente que las leyes generales son tales que su forma no depende de la elección del sistema de coordenadas. Esta exigencia lógica, sin embargo, no tiene nada que ver con el modo en que el caso individual y específico es representado. No es necesaria una multiplicidad de sistemas de coordenadas para su representación. Es suficiente completamente describir el conjunto matemáticamente en relación a un sistema de coordenadas único.

Esto es completamente diferente del caso de la pintura de Pîcasso. El que en este caso, la representación sea sentida o no como una unidad artística depende, por supuesto, de los antecedentes artísticos de quien lo mira. Este nuevo "lenguaje" artístico no tiene nada que ver con la Teoría de la Relatividad."

Estas consideraciones de Einstein no fueron obstáculo para que pintores, escultores y arquitectos hicieran uso de su propia concepción de la relatividad en sus obras. Muestras muy popularizadas de estas visiones son las obras Relatividad de Escher o la Torre Einstein en Postdam del arquitecto Enrich Mendelsohn. Y pintores hubo bastantes que quisieron inmortalizar la figura de Albert Einstein, entre ellos Andy Warhol.

La fama y popularidad de Einstein fueron también un motivo tentador para la industria cinematográfica. En varias películas su nombre, su imagen, sus ojos (Spilberg diseñó los ojos de ET a partir de los de Einstein), la relatividad son utilizados con mayor o menor fortuna. De entre las películas en que aparece quizá la más impactante sea Obsesión virtual , realizada en 1998. Einstein encarna un científico virtual, un hombre "posbiológico" se dice en el film, que de vez en cuando traspasa los límites de la pantalla digital para integrarse en la vida cotidiana como un ser intangible pero decisivo por su capacidad creativa y su moral. Una figura para la eternidad a la que recurrir en caso de necesidad, como hace su ayudante en el mundo real que enamorada del sistema Einstein llega a integrarse en él hasta que muere de "aneurisma virtual". Einstein, en la vida real, murió por la ruptura de un aneurisma en la aorta abdominal.

A pesar del rechazo de Einstein a admitir las influencias que otros veían de sus teorías relativistas en órdenes diversos de la actividad humana, en relación con la creación artística, Einstein no sólo se complacía con la contemplación o ejecución, como en el caso de la música, de las obras de arte, consideraba que la actividad científica tiene un alto componente artístico. Quienes trabajaron cerca de él así lo cuentan, valorando cómo destacaba la belleza de las teorías físicas, sobre todo cuando alcanzaban el grado de sencillez y claridad como fueron los casos de las síntesis newtoniana y maxwelliana, logros que sobresalen por su simplicidad para la transmisión de la ideas.

Al igual que el artista, el científico, según Einstein, debe estar dotado de capacidad intuitiva para "ver" la armonía y el entramado científico sobre el que se sustenta la naturaleza. En este cometido creador, el científico, decía él, ha de "sentirse libre para jugar con los conceptos". Ilustrativo de esta vinculación entre ciencia y arte es el libro de Arthur I. Miller, Einstein, Picasso. Space, Time, and the BeautyThat Causes Havoc (New York, 2001).

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Relatividad, del arquitecto holandés Maurits Cornelis Escher (1898 - 1972)

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Retrato de Albert Einstein por Hans Erni, 1957